El último de la fila

Esta es una de esas canciones que de manera cíclica siempre regresa a mí. Siempre termino tarareando esa parte que dice "siempre estuve solo y siempre lo estaré". En algún momento de estos últimos meses pensé que ya no iba a cantar más esta canción.


Lo que tengo lo llevo conmigo

en esta absurda bolsa y en este absurdo cuerpo,

lo que quiero está siempre tan lejos

quizá al final de este absurdo camino.



A veces, cuando el sol se va,

tiñendo de violeta la esquina del mar

comprendo que nunca tuve nada y que

muy probablemente nunca lo tendré.

Sólo el beso de tu voz en el alma.

Y el perfume de tu cuerpo a mi alrededor.



Me siento tan solo, no sé en qué dirección correr

como un pájaro raro, que llegó al festín de los monos.

Llévame, aire del camino

hasta donde nadie me pueda encontrar.



Llévame, aire tibio y azul

y abandóname colgado de tu luz.

En tu luz brillante de cuchillo

adivinaré la rosa y el clavel.

Llévame, aire del camino,

hasta donde nadie me pueda encontrar.



A veces, cuando asoma el sol,

llenando de diamantes la quietud del mar

me doy cuenta de que siempre fue así;

siempre estuve solo y siempre lo estaré.

Cuántas veces soñando despierto.

Creo verte entre la multitud.



En algún lugar alguien debería escribir

que este mundo no es más que una enorme piedra redonda.

Me siento tan solo, que no sé en qué dirección correr,

como un pájaro raro, que llegó al festín de los monos.



Llévame, aire del camino hasta donde nadie me pueda encontrar

Llévame, aire tibio y azuly abandóname colgado de tu luz.

Y en tu luz brillante de cuchillo adivinaré la rosa y el clavel.

Llévanos, aire del camino,hasta donde nadie nos pueda encontrar

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