No es lo que sabemos lo que nos hace grandes... Ni lo que decimos, lo que nos hace sabios. Solo nuestras actitudes frente a la vida y la manera de percibir este mundo es lo que nos proyecta tal cual somos: individuos sumergidos en un mar de situaciones que, como las olas, van y vienen pero nunca se detienen.
No temas que tu vida se termine...
A medida que crecemos, aprendemos que incluso esa persona que suponíamos que nunca nos haría daño, nos lo causa.
Tu corazón se romperá probablemente más de una vez y cada vez será más doloroso.
Tu también romperás corazones, así que recuerda como se sintió cuando el tuyo fue roto.
Pelearás con tu mejor amigo.
Culparás a un nuevo amor por cosas que hizo uno antiguo.
Llorarás porque el tiempo pasa muy rápido y eventualmente perderás a alguien que amas.
Así que toma muchas fotos, ríe mucho y ama como si nunca te hubieran hecho daño porque cada sesenta segundos que gastas en quejarte pierdes un minuto de felicidad que nunca regresará.
No temas que tu vida se termine, ten miedo de que nunca haya empezado.
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