No es lo que sabemos lo que nos hace grandes... Ni lo que decimos, lo que nos hace sabios. Solo nuestras actitudes frente a la vida y la manera de percibir este mundo es lo que nos proyecta tal cual somos: individuos sumergidos en un mar de situaciones que, como las olas, van y vienen pero nunca se detienen.
Mucha gente tiene miedo de la felicidad.
Para esas personas, esta palabra significa cambiar una serie de hábitos y perder su propia identidad.
Muchas veces nos sentimos indignos de las cosas buenas que nos ocurren.
No las aceptamos porque, al hacerlo, tenemos la sensación de que le debemos algo a Dios.
Pensamos: "Es mejor no probar el cáliz de la felicidad, porque cuando nos falte sufriremos mucho".
Por miedo a mermar, dejamos de crecer.
Por miedo a llorar, dejamos de reir.
© autor: Paulo Coelho
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