Listos para el Grito

¡Y los mariachis tocaron!
Por Mundoregio.com

Si la cocina mexicana toca los sentidos al paladearse, la música de mariachi los despierta, al ritmo de sones que cantan lo mismo al amor que se fue que celebran esa esencia de ser mexicano.

Orgullosamente tradición mexicana, el origen de la palabra como tal se adjudica una corrupción de la palabra francesa “marriage” (matrimonio), término con que los franceses se referían a la música que se tocaba en esas festividades en la época de la intervención francesas. Pero otra teoría afirma que el término deriva de un canto indígena a la Virgen María, en el que se mezclan náhuatl, español y latín: “Maria ce son” (Te amo María) pronunciándose “Maria ce” como maria she o maria shi lo que daría origen al vocablo “mariachi”.

Es en la región de Los Altos de Jalisco donde se adjudica el nacimiento de la tradición, pero pronto se extiende a estados vecinos como Colima, Nayarit, Michoacán y Zacatecas. Siendo sus primeros orígenes bandas que amenizaban las bodas y fiestas del lugar; hasta 1900 permanecen en el área rural siendo menospreciados por la aristocracia, pero en 1905 son llevados a la capital un grupo de mariachi a cantar en las celebraciones del cumpleaños del presidente Porfirio Díaz.

En un principio, los instrumentos del mariachi se caracterizan por ser sólo de cuerdas: violines, vihuelas y guitarrones. Es hasta 1930 que se integra la trompeta, hoy característica en la música del mariachi.

Algo semejante pasó con la vestidura, ya que en un principio eran sencillos trajes de algodón y manta, sufriendo un proceso de transformación y sofisticación al aparecer al lado de las figuras de la canción como Jorge Negrete, Pedro Infante o Lucha Reyes. Generalmente se usaban dos tipos de colores en sus trajes, negro y blanco. Los trajes mostraban abotonaduras a los lados del pantalón y un saco corto también con bordados, a la usanza de los antiguos hacendados. El sombrero también es de gala, y el bordado o la ausencia de ellos, varía de acuerdo a la región. Algunas veces el uso del sombrero es reservado sólo para el cantante principal o tenor.

Es característico del mariachi el son jalisciense, aunque ya ha derivado en el llamado bolero ranchero o ha integrado otros géneros musicales como el huapango.

José Alfredo Jiménez es quizás el compositor más importante de este género. Muchas de sus composiciones son íconos de la canción ranchera, siendo las más conocidas: El rey, Camino de Guanajuato, Serenata Huasteca, Cielo Rojo, Amanecí en tus brazos, Paloma querida, Muy despacito, El jinete, Ella, Te solté la rienda, Qué bonito amor, Si nos dejan, No me amenaces, Cuatro Copas, Un mundo raro, En el último trago, El caballo blanco, entre otras. Así mismo, Pedro Infante y Jorge Negrete son a su vez los máximos exponentes de la canción vernácula. Con una gran trayectoria en cine y radio, lograron traspasar las fronteras y exportar la música de mariachi fuera del país.

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