No es lo que sabemos lo que nos hace grandes... Ni lo que decimos, lo que nos hace sabios. Solo nuestras actitudes frente a la vida y la manera de percibir este mundo es lo que nos proyecta tal cual somos: individuos sumergidos en un mar de situaciones que, como las olas, van y vienen pero nunca se detienen.
El amor cibernético
El amor cibernético
© 23 de Abril, 2008, Autor: Edith Cervera Ramìrez
Muchas nos adentramos en el mundo cibernético, ese mundo alejado de la gente real que está a nuestro lado; buscamos amistades, conociendo tantas personas, muchas veces para expresar nuestro sentir, ya sea abarcando el mundo de la poesía, del tan sólo leer, o tal vez lo tomamos como una manera de distraernos de las cosas cotidianas de la vida, para alejarnos del estrés.
Y al paso del tiempo vamos conociendo personas afines a una, amistades que se van convirtiendo en algo normal en nuestra vida, amigas sobre todo de quienes hablamos en nuestra mesa a la hora de comer, las llevamos siempre presentes como si estuvieran cerca de nosotras sin importar que miles de kilómetros nos dividan entre esas personas y nosotros.
Pero yo quiero hablar de esos momentos en que al ir conociendo tantas personas encontramos a alguien afín a nosotras un ser que comparte nuestros gustos, nuestras opiniones y sentire… Nos vamos afianzando tanto a esa amistad que sin darnos cuenta llega un momento en que vamos sintiendo algo más que un cariño fraternal, nos gusta cómo nos trata, cómo nos admira y esa manera de darnos ese cariño recíproco entre los dos, durante el día nos llega el recuerdo de los momentos compartidos, de los instantes vividos haciéndolo parte de nuestra vida.
Es cuando va surgiendo el amor cibernético, nos vamos enfrascando en una bella relación un tanto ficticia, un tanto lejana, pero llena de dulces momentos que a la larga se convierten en un gran amor. Muchas de nosotras hemos compartido esos momentos, ese sentir, esa alegría de verlos llegar esperando esa hora compartida para sentirnos felices, vivas, amadas.
Sé muy bien que es difícil vivir una situación así con alguien que amas y está lejano, saber que solamente a través de una fría pantalla nos damos esos besos compartidos, ese amor, ese ser de quien no has sentido el calor de su piel, ni en tus labios esos besos amorosos. Se vive esa situación muchas veces a escondidas, porque tenemos otra vida diferente y real, no sabemos mucho de esa otra persona pero no nos importa, nos conformamos con vivir ese momento sin pensar realmente si a la larga no perjudicará nuestra vida o si seremos descubiertas en ello.
El mundo cibernético es engañoso, no sabemos realmente con quienes tratamos si es bueno o malo, sólo el tiempo y el trato diario nos van diciendo la realidad de las cosas, las relaciones son difíciles porque se sienten esos celos un tanto absurdos porque no sabes qué tanto hace en sus horas que no está sentado frente al computador contigo. Pero se sobrevive el sentir porque el amor lo abarca todo, se entrega todo.
Ahora bien, cuando se entabla una relación fuerte, con mucho amor, las palabras no bastan, es cuando viene el deseo de ir más allá de lo permitido, una cámara, un micrófono y vienen esos momentos de locura en que no se piensa, tan solo se vive el momento sin pensar en nada mas que compartir todo de ti.
Hay amores cibernéticos que llegan a realizarse. Otros simplemente van pasando al olvido, pero son maravillosos porque es la felicidad que trae la complicidad oculta tras un computador que es testigo fiel de ese amor.
La vida nos ofrece tantas cosas, tantos momentos de felicidad que cuando se está sola y se encuentra un amor así uno se afianza a él sin pensar en nada más que ese amor.
Pero debemos estar conscientes que el mundo cibernético puede ser peligroso en cuanto a amores se trate, porque se comparten muchas cosas entre ellas fotografías, cámaras que te muestran, momentos que en el instante te llenan pero que igual puede ser un arma de doble filo.
Yo sólo opino, amar es lindo, entregarse lo es, pero siempre hay que tener algo de cuidado al entregarse a alguien que está lejano, ser precavida para no caer en algo que con el tiempo te traiga consecuencias que lastimen tu vida.
Este es un tema tan común en nosotras que navegamos por este mundo cibernético conociendo tantas personas, conviviendo con ellas, entregando nuestra amistad y muchas veces el amor. Como mujeres que somos, románticas empedernidas, mujeres que algunas vivimos solas sin una pareja a nuestro lado somos quienes más vivimos esa ilusión constante de tener a alguien que nos ama y nos da todo de si a través de esa distancia misma.
Y como se sufre cuando se alejan de tu vida, te dejan con el corazón partido por el adiós, muchas veces sin saber el motivo, ese es el problema de una relación que se lleva de esa manera, aunque no siempre es así, de todos modos hay que vivir con precaución estas relaciones a distancia.
Edith Cervera
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