Con la ayuda de Mario,
grandííísimo poeta,
espero poder ayudar
a que la melancolía
coja su abrigo y se vaya
de una buena vez
pues la alegría
entra de todas maneras
por la ventana.
De vez en cuando la alegría
tira piedritas contra mi ventana,
quiere avisarme
que está ahí esperando,
pero hoy me siento calmo
casi diría ecuánime,
voy a guardar las angustias
en su escondite
y luego tenderme cara al techo
que es una posición
gallarda y cómoda
para filtrar noticias y creerlas.
Quién sabe dónde queden
mis próximas huellas
ni cuando mi historia
va a ser computada,
quién sabe que consejos voy a inventar aún
y qué atajo hallaré para no seguirlos.
Está bien no juzgaré al desahucio
no tatuaré el recuerdo con olvidos
mucho queda por decir y callar
y también quedan uvas para llenar la boca,
está bien me doy por persuadido
que la alegría no tire más piedritas
abriré la ventana,
abriré la ventana.
(Mario Benedetti)
Siiiiiiiiiiiii, pase usted alegría!!
Bienvenida a mi hogar,
le invito a quedarse por siempre!!!
La esperanza a veces
nos lanza piedritas a la ventana,
es cuestión de querer abrir
esa ventana...
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