No es lo que sabemos lo que nos hace grandes... Ni lo que decimos, lo que nos hace sabios. Solo nuestras actitudes frente a la vida y la manera de percibir este mundo es lo que nos proyecta tal cual somos: individuos sumergidos en un mar de situaciones que, como las olas, van y vienen pero nunca se detienen.
TE HE PERDIDO
TE he perdido, no puedo halagarte.
Ni siquiera quererte de forma adecuada.
No encuentro tus sentidos dentro de mi corazón ya herido.
¿Dónde estás?
¿Por qué te fuiste? Te he perdido, eras la miel que colmaba mi boca de mil fragancias con deleite y desasosiego.
Eras la prenda de seda que reinaba en mi interior.
Eras el peligro que amenaza con desvanecerse y volver a hipnotizar
el sentido de quien te toca.
Eras la fiel pantera que domaba en lecho día a día Te sentía,
te quería
Te olvidaba y te oprimía Como el calor se desplazaba en mi interior
el volcán de mi sexo.
Enloquecía. Te he perdido, no puedo hallarte en ningún punto viviente del mundo.
Todo participa a que te olvide.
Y todo mi cuerpo desaparece del mundo interno.
Vuelo alto.
Me elevo hasta la más alta cumbre y desciendo a lo lejos como el ave de rapiña
que arranca las alas al destino cruel que me hizo olvidar.
Porque encontraste alguien que te mancillase el olor de las azucenas
que desprendían su olor desde el balcónp róximo al tuyo.
Oh!, no coordino ante el asombro más grande de mi vida.
Te quería, tú me amabas,yo sentía el hondo sufrir
de tu cuerpo poseído entre mis brazos.
Tus miembros agarrados a mí. Y yo rozando levemente tus pezones ebrios de sentimiento.
Tu cuello se mezcla con mis maños y mis dedos acarician tiernamente tu centro orgánico
Eras presa de mis ardores de hombre.
Y cuando menos te esperabas acompasada con el ruido de la respiración
penetra en ti una ráfaga de aire puro e inmensamente inocente sentiste
que eras, no mujer,sino un mundo de sensaciones abiertas a mí
y a las locuras de mi mente,obsesa y acaparadora.
Y ahora, ¿qué queda de tu amor hacia mí, de mi amor hacia ti? Todo se rompió con la fuerza frágil de un suspiro por la mala interpretación de un pensamiento lastimero e inescrutable.
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