alegría de vivir.

La muerte como realidad definitiva no existe.

Trata de encararla como una consecuencia natural de la vida.

Al fin y al cabo, es la única certeza que todos tenemos.

Si perdiste a algún familiar o amigo, se consciente de que él no está muerto.

Su cuerpo físico dejó de existir, pero su alma es inmortal.

Ora y vibra por los que ya partieron y que viven en la mansión de los justos.

Trata de no pensar en la muerte.

Tu estás seguro de que vendrá, pero debes estar convenientemente preparado para cuando llegue.

A partir del momento en que seas consciente deque la muerte no existe para siempre, descubrirás la alegría de vivir.

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