Confidencia…
Aprovechando que ya nadie lee mis post, voy a hacer una pequeña confidencia.
Resulta que, en parte porque me gusta y en parte porque a ciertas edades te recomienda el médico que lo hagas, me doy mis buenos paseos por la ciudad.
Y he comprobado que en el transcurso de los mismos, mi mirada se cruza con relativa frecuencia con otras miradas.
Hasta aquí nada de particular si no fuera, porque ese cruce de miradas, me produce en ocasiones cierta satisfacción; una sensación agradable.
Me he puesto a pensar el por qué de esa sensación y he llegado a la conclusión de que tal vez se deba a que al ser la mirada una de las formas más directas de manifestación de la Vida, con ese cruce intentas, de alguna forma, captar, robar una porción minúscula de la misma.
Con esta justificación me había quedado, cuando siguiendo con el análisis del fenómeno, me he hecho la siguiente pregunta: bueno, si esto es así, ¿Por qué mi mirada se cruza solamente con miradas de mujer?
Josami.
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