La referencia más añeja del mariachi tiene 152 años de edad, y viene de Rosamorada, Nayarit. (Le aplicamos la prueba del Carbono14 y vimos que era cierto). Y en ese entonces, fue definida como música de pueblo. En aquellos tiempos, hermanos, el mariachi fue afectado por la primera moda europea, la que trajo Maximiliano nuestro único Emperdedor, perdón, Emperador: con él vino la música de salón, las grandes óperas y valses que casi acaban con la música local. Un golpe duro para los guitarrones, los trompetas, el arpa, flauta y tambora de entonces.
De la Revolución para acá
…Voló el tiempo y la música parecía corrido en tiempos de la Revolución. El mariachi recuperó un poco de auge gracias a que llevaba noticias de uno a otro lado de México. En parte, de aquí viene el género ranchero. Los tiroteos, la muerte de los compadres, estar lejos de la mujer… También suena a mariachi. Pero, ¿por qué la vestimenta? ¿Por qué? ¿Por qué? La faena del campo está hermanada con este son: charro (“campesino”, originalmente en España) vino junto a sus artes (el jaripeo, los herraderos) a dar sentido de festividad, y festividad acompañada de música. Añadámosle el caballo arábigo/español al trabajador de la tierra, a quien laza las reses, a quien le da el nombre de la hacienda a las reses, a quien celebra su hacienda con bebida y mitote y tendremos al mariachi de hace años.
Después, mucho después, cuando Lázaro Cárdenas subió al poder, se dio un auge magnífico: el Generalísimo, en su campaña presidencial, echó mano de las expresiones artísticas propias de la mexicanidad. (El populismo es también añejo, pero hablamos de mariachi y no de política, que empalaga; la música nunca lo hará). Siendo así, el mariachi cobró, ya con sus galas (pues se presentaban ante círculos de poder), la fuerza y expresión que lo caracterizan.
Por lamentable que se escuche, con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte de 1994 (?), el mariachi se popularizó tanto, que las disqueras le sacaron el jugo, lo vendieron al máximo, no se cansaron de exportarlo y de darle una imagen bastante falsa, muy distante de lo que antes, y como queda dicho, fue. Tanto así, que hoy y muchos días de ser jaliscienses, los vivimos escuchando al “Mariachi Loco” en voz de ciertos camiones expendedores de gas. Triste, pero cierto.
Para que el final no sea tan lamentable, el mariachi es de Tierra Caliente. Tan caliente está la tierra, que la música nos hace bailar y despegar los pies del suelo: festejar. ¿Será este otro motivo de por qué nació así nuestra música? Ni duda cabe. (¡Largo duda, largo!)
No es lo que sabemos lo que nos hace grandes... Ni lo que decimos, lo que nos hace sabios. Solo nuestras actitudes frente a la vida y la manera de percibir este mundo es lo que nos proyecta tal cual somos: individuos sumergidos en un mar de situaciones que, como las olas, van y vienen pero nunca se detienen.
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