No es lo que sabemos lo que nos hace grandes... Ni lo que decimos, lo que nos hace sabios. Solo nuestras actitudes frente a la vida y la manera de percibir este mundo es lo que nos proyecta tal cual somos: individuos sumergidos en un mar de situaciones que, como las olas, van y vienen pero nunca se detienen.
Una crisis, una oportunidad, si se sabe aprovechar.
TAREA PARA EL 2012 - PILAR SORDO
http://youtu.be/hSWXus6hZTM
QUE DIOS NOS BENDIGA A TODOS!!!! |
La belleza...
Para los niños pequeños, cualquier cosa que proporcione placer es buena: una piel tersa, música, luces de colores, dulces. ¡Qué decepción averiguar que el suave gatito tiene garras que rasguñan!
A medida que crecemos nuestras nociones de belleza y placer se profundizan y se vuelven más complejas.
Observamos que, con frecuencia, la belleza de las personas es un reflejo de su yo espiritual, y que la belleza física es superficial e insatisfactoria a menos que esté acompañada de un espíritu generoso.
Esto es lo que se llama ordenar nuestras prioridades: decidir o descubrir que la virtud no es aburrida, sino algo esencial.
La honestidad, la confiabilidad y la veracidad son algo que buscamos en los demás y que tratamos de alcanzar. Estas virtudes son mejores que las ropas o los coches.
Dice un refrán: “En la edad madura, tenemos los rostros que merecemos".
Todos hemos visto el daño que el egoísmo o la disipación dejan en los rostros de antiguas bellezas.
Cuando nuestros espíritus sean fuertes, duraderos y compasivos, seremos agradables a la vista.
La fuerza y la ternura son más bellas que los pómulos altos o el cabello rizado. Yo merezco esas virtudes.
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From: empresaria.sigloxxi
"Le debemos nuestras vidas al Sol... ¿Cómo es, entonces, que no sentimos gratitud?"
¿Se llama "medio ambiente", porque ya acabamos con la otra mitad? Esta puede ser una pregunta con afán de hacer sonreír, pero que esconde una gran verdad: nos hemos olvidado de cómo ser buenos huéspedes y estamos destrozando poco a poco nuestro gran hogar.
Decía una profecía india que solo después de que el último árbol sea cortado; solo después de que el último río sea envenenado; solo después de que el último pez sea apresado; solo entonces, sabremos que el dinero no se puede comer.
Hay una reflexión que me encanta porque dibuja una realidad cada vez más notoria: "Durante centenares de miles de años, el hombre luchó para abrirse un lugar en la naturaleza.
Por primera vez en la historia de nuestra especie, la situación se ha invertido y hoy es indispensable hacerle un lugar a la naturaleza en el mundo del hombre".
Severn Cullis-Suzuki (30 de noviembre de 1979, Vancouver, Canadá) es una bióloga, ecóloga y activista ambiental. A los diez años de edad (mientras asistía a la escuela primaria) fundó la Organización Infantil del Medio Ambiente (Environmental Children's Organization - ECO), un grupo de niños dedicados a enseñar a otros jóvenes diversos temas sobre medio ambiente.
En 1992, a la edad de 13 años, Suzuki-Cullis recaudó dinero con los miembros de la ECO para asistir a la Cumbre de Medio Ambiente y Desarrollo "The Earth Summit", celebrada por la ONU en Río de Janeiro.
Junto con los miembros del grupo (Michelle Quigg, Vanessa Suttie y Morgan Geisler), Cullis-Suzuki presentó en dicha conferencia, ante los representantes de la ONU, un discurso emocionante que contenía cuestiones ambientales desde la perspectiva de los jóvenes.
Después de la lectura de aquel discurso fue aplaudida por los representantes de todas las naciones y captó la atención de los medios de comunicación de todo el mundo.
Este es aquel discurso traducido al castellano:
Hola, soy Severn Suzuki y represento a ECO (Environmental Children's Organization). Somos un grupo de niños de 12 y 13 años de Canadá intentando lograr un cambio: Vanessa Suttie, Morgan Geisler, Michelle Quigg y yo.
Recaudamos nosotros mismos el dinero para venir aquí, a cinco mil millas, para decirles a ustedes, adultos, que deben cambiar su forma de actuar. Al venir aquí hoy, no tengo segundas intenciones. Lucho por mi futuro.
Perder mi futuro no es como perder unas elecciones o unos puntos en el mercado de valores.
Estoy aquí para hablar en nombre de todas las generaciones por venir.
Estoy aquí para hablar en defensa de los niños hambrientos del mundo cuyos lloros siguen sin oírse.
Estoy aquí para hablar por los incontables animales que mueren en este planeta porque no les queda ningún lugar adonde ir.
No podemos soportar no ser oídos.
Tengo miedo de tomar el sol debido a los agujeros en la capa de ozono.
Tengo miedo de respirar el aire porque no sé qué sustancias químicas hay en él.
Solía ir a pescar en Vancouver, mi hogar, con mi padre, hasta que hace unos años encontramos un pez con cáncer. Y ahora oímos que los animales y las plantas se extinguen cada día, y desaparecen para siempre.
Durante mi vida, he soñado con ver las grandes manadas de animales salvajes y las junglas y bosques repletos de pájaros y mariposas, pero ahora me pregunto si existirán siquiera para que mis hijos los vean.
¿Tuvieron que preguntarse ustedes estas cosas cuando tenían mi edad?
Todo esto ocurre ante nuestros ojos, y seguimos actuando como si tuviéramos todo el tiempo que quisiéramos y todas las soluciones. Soy sólo una niña y no tengo soluciones, pero quiero que se den cuenta: ustedes tampoco las tienen.
No saben cómo arreglar los agujeros en nuestra capa de ozono. No saben cómo devolver los salmones a aguas no contaminadas.
No saben cómo resucitar un animal extinto.
Y no pueden recuperar los bosques que antes crecían donde ahora hay desiertos.
Si no saben cómo arreglarlo, por favor, dejen de estropearlo.
Aquí, ustedes son seguramente delegados de gobiernos, gente de negocios, organizadores, reporteros o políticos, pero en realidad son madres y padres, hermanas y hermanos, tías y tíos, y todos ustedes son hijos.
Aún soy sólo una niña, y sé que todos somos parte de una familia formada por cinco mil millones de miembros, treinta millones de especies, y todos compartimos el mismo aire, agua y tierra. Las fronteras y los gobiernos nunca cambiarán eso. Aún soy sólo una niña, y sé que todos estamos juntos en esto, y debemos actuar como un único mundo tras un único objetivo.
Aunque estoy enfadada, no estoy ciega, y, aunque tengo miedo, no me asusta decirle al mundo cómo me siento.
En mi país derrochamos tanto... Compramos y desechamos, compramos y desechamos, y aún así, los países del Norte no comparten con los necesitados. Incluso teniendo más que suficiente, tenemos miedo de perder nuestras riquezas si las compartimos.
En Canadá vivimos una vida privilegiada, plena de comida, agua y protección.
Tenemos relojes, bicicletas, ordenadores y televisión.
Hace dos días, aquí en Brasil, nos sorprendimos cuando pasamos algún tiempo con unos niños que viven en la calle.
Y uno de ellos nos dijo: "Desearía ser rico, y si lo fuera, daría a todos los niños de la calle comida, ropa, medicinas, un hogar, amor y afecto"
.
Si un niño de la calle que no tiene nada está deseoso de compartir, ¿por qué nosotros, que lo tenemos todo, somos tan codiciosos?
No puedo dejar de pensar que esos niños tienen mi edad, que el lugar donde naces marca una diferencia tremenda. Yo podría ser uno de esos niños que viven en las favelas de Río; podría ser un niño muriéndose de hambre en Somalia; un niño víctima de la guerra en Oriente Medio, o un mendigo en la India.
Aún soy sólo una niña, y sé que si todo el dinero que se gasta en guerras se utilizara para acabar con la pobreza y buscar soluciones medioambientales, la Tierra sería un lugar maravilloso.
En la escuela, incluso en el jardín de infancia, nos enseñan a comportarnos en el mundo.
Ustedes nos enseñan a no pelear con otros, a arreglar las cosas, a respetarnos, a enmendar nuestras acciones, a no herir a otras criaturas, a compartir y a no ser codiciosos.
Entonces, ¿por qué fuera de casa se dedican a hacer las cosas que nos dicen que no hagamos?
No olviden por qué asisten a estas conferencias: lo hacen porque nosotros somos sus hijos.
Están decidiendo el tipo de mundo en el que creceremos. Los padres deberían poder confortar a sus hijos diciendo: "todo va a salir bien", "esto no es el fin del mundo" y "lo estamos haciendo lo mejor que podemos".
Pero no creo que puedan decirnos eso nunca más. ¿Estamos siquiera en su lista de prioridades? Mi padre siempre dice: "Eres lo que haces, no lo que dices".
Bueno, lo que ustedes hacen me hace llorar por las noches.
Ustedes, adultos, dicen que nos quieren. Les desafío: por favor, hagan que sus acciones reflejen sus palabras.
Autor: Lewis Thomas
Gracias.
Me sorprendí rompiendo lo viejo
Me sorprendí rompiendo papeles viejos, y sacudiendo cajones, hurgando en mi pasado y echando a la basura lo que en algún momento guardé y ahora lo tiro. Mis cajones llenos de notas, papelitos, pilas viejas, agendas caducadas y mil cosas que en otro momento atesoré, para que el día de hoy los tire a la basura.
Guardamos compulsivamente, por si en algún momento lo necesitamos, y al pasar los años nos damos cuenta que vivimos rodeados de cosas sin utilidad, recuerdos vanos, aferrándonos a ellos por si algún día los vamos a ocupar.
Un boleto del metro, que fácilmente tiene 15 años, la garantía de una grabadora que ya ni existe, el manual de un televisor que le regalé a mi madre hace mas de 10 años, notas de supermercado, tarjetas de felicitación, y la invitación a una boda de gente que ni conozco, llaveros, encendedores, etc...
Tiré tantas cosas que llené dos cajas grandes, que se fueron directos a la basura, por fin, el orden, y el espacio suficiente para cosas nuevas que algún día serán parte de mi pasado, y que probablemente nunca las llegue a ocupar.
Me doy cuenta que también he atesorado sentimientos que nunca pienso ocupar, como el odio, el celo, la ambición desmedida, el egoísmo, y que ahora me encuentro echando a la basura junto con ese par de cajas con recuerdos, quedando más espacio para la compasión, la paciencia, el amor y el perdón.
Teniendo orden en la casa, y orden en mis sentimientos, siempre queda más espacio para llenarlo con lo mejor de nosotros, para llenarlo de amistad y de comprensión, que en el camino de la vida, nos servirán más que cualquier tesoro. Es importante tener en orden todo, primero un gran lugar para Dios, después, otro para la familia y los amigos, todo con sus prioridades.
Pero es muy importante mantener una vacante, siempre limpia y disponible en todo momento porque nunca sabremos cuando la vamos a necesitar, en algún momento, o en algún lugar, tal vez alguien requiera de ese espacio en nuestro corazón, para encontrar alivio a sus penas, y reconfortarse en un corazón amigo, con la confianza de que quien lo escucha sabrá comprenderlo, para compartir sus penas y alegrías.
Bien, hoy es un buen día para limpiar los cajones y poner nuestras cosas en orden, empezando por nuestro corazón.
Saludos fin de año.
Que este año que se acaba,
en familia puedas estar,
alza tu copa y brinda,
por el amor y la amistad.
Que el viejo que termina,
problemas se pueda llevar,
y que el nuevo que comienza,
traigan salud, trabajo y paz.
Y a los que tienes cerca,
a todos puedas abrazar,
porque no sabes si mañana,
con ellos podrás contar.
Y aunque estés en soledad.
Alza tu copa, brinda igual,
seguro tendrás en mente,
alguien por quien festejar.
Alza tu copa y brinda,
por el año que ya se va,
que el nuevo comience,
con mucha felicidad.
Felíz noche vieja y Felíz Año Nuevo 2011...
Un Gran Abrazo.
José.