No es lo que sabemos lo que nos hace grandes... Ni lo que decimos, lo que nos hace sabios. Solo nuestras actitudes frente a la vida y la manera de percibir este mundo es lo que nos proyecta tal cual somos: individuos sumergidos en un mar de situaciones que, como las olas, van y vienen pero nunca se detienen.
celebrar la vida
¿Qué motivos necesito para celebrar la vida?
Un cumpleaños, un aniversario de bodas o un día de fiesta son recordatorios de que hay algo que celebrar.
Sin embargo, cualquier día puede ser una celebración de la vida.
Celebro la vida alabando a Dios.
La alabanza puede ser un tranquilo momento de comunión con Dios o un gozoso himno de agradecimiento a Él.
Celebro reconociendo la vida de Dios dentro del prójimo.
Todos somos expresiones únicas de la creatividad de Dios; trato al prójimo con todo el honor que dedicaría a una obra maestra, pues en verdad eso somos.
Me regocijo en cada expresión de vida que percibo.
El gorjeo de un pájaro, la belleza de una montaña, la fragancia de una flor, el suave pelaje de un gatito, todo es un motivo para celebrar la vida.
¡Me regocijo en la celebración de la vida!
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