Vivir es sentir el alma

La vida es algo serio, muy serio; pero es también algo hermoso, muy hermoso.

El secreto de toda existencia se condensa en la tripartita fórmula:
- un amor que ofrecer
- un compromiso que asumir
- un apostolado que ejercer.

Tener un ideal es tener razón para vivir. Es también un medio para vivir una vida más amplia, más elevada.

Quien ha trascendido su egoismo y se ha consagrado al servicio de un ideal más grande que él mismo, se halla próximo a Dios.

El ególatra será estático, como lo es toda inacción; el que se realiza en el prójimo es dinámico, con el dinamismo de la donación.

La vida es extremadamente valiosa, si se sabe para qué nos ha sido dada. Valorizar la vida es ya ponerse bajo la influencia de un ideal. Una vida ociosa es una muerte anticipada.

Vivir es sentir el alma, toda el alma: es amar con todas las fuerzas hasta el fin y hasta el sacrificio.

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