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La mariposa atrapada


He aquí la fábula más maravillosa sobre una niña huérfana que no tenía familia o persona alguna que la quisiera.

Cierto día, mientras caminaba por la vera del río sintiéndose más triste y solitaria que de costumbre, observó una pequeña mariposa atrapada cruelmente en un espino. Cuando más luchaba por liberarse, más laceraba su frágil torso.
 
Con delicadeza, la huerfanita liberó a la mariposa de su cautiverio. Esta, al verse libre, en vez de emprender el vuelo se convirtió en una bella hada.

La jovencita no podía creer lo que veían sus ojos. El hada bondadosa le dijo a la niña:
- Para agradecerte por tu maravilloso gesto, te concederé cualquier deseo.
La pequeña pensó un momento y le contestó:
- Deseo ser feliz!
- De acuerdo, -dijo el hada inclinándose para hablarle al oído, y acto seguido desapareció.

A medida que la pequeña fue creciendo, en toda la comarca no se encontraba una persona más feliz que ella. Todos deseaban conocer su secreto. Ella se limitaba a sonreir mientras decía:

- Yo sólo escuché las palabras de un hada cuando era pequeña.
Cuando ya era anciana y estaba en su lecho de muerte, todos los vecinos se arremolinaron a su alrededor, deseosos de hacerse a su fórmula maravillosa de la felicidad antes de que muriera.
- Por favor, cuéntanos, -le rogaban, -cuéntanos lo que te dijo el hada.

La bella anciana sonrió y contestó:
- Me dijo que cada persona, por más segura de sí misma que pareciera, o por más joven o vieja, rica o pobre que fuera, necesitaba de mí.

¿Que es el AMOR ?



En una de las salas de un colegio habían varios niños. Uno de ellos preguntó: Maestra... ¿Qué es el amor?

La maestra sintió que la criatura merecía una respuesta que estuviese a la altura de la pregunta inteligente que había formulado.
Como ya estaban en hora de recreo, pidió a sus alumnos que dieran una vuelta por el patio de la escuela y trajesen lo que más despertase en ellos el sentimiento del amor.

Los chicos salieron apresurados y, cuando volvieron, la maestra les dijo:
Quiero que cada uno muestrelo que trajo consigo.

El primer alumno respondió: Yo traje esta flor, ¿No es linda? Cuando llegó su turno, el segundo alumno dijo: Yo traje esta mariposa. Vea el colorido de sus alas; la voy a colocar en mi colección.El tercer alumno completó: Yo traje este pichón de pajarito que se cayó del nido, hermano: ¿No es gracioso? Y así los chicos, uno a uno,fueron colocando lo que habían recogido en el patio.Terminada la exposición, la maestra notó que una de las niñas no había traído nada y que había permanecido quieta durante todo el tiempo. Se sentía avergonzada porque no había traído nada.

La maestra se dirigió a ella y le preguntó: Muy bien: ¿Y tú? ¿No has encontrado nada? La criatura, tímidamente, respondió: Disculpe, maestra. Vi la flor y sentí su perfume; pensé en arrancarla pero preferí dejarla para que exhalase su aroma por más tiempo .Vi también la mariposa, suave, colorida , pero parecía tan feliz que no tuve el coraje de aprisionarla. Vi también el pichoncito caído entre las hojas, pero... al subir al árbol, noté la mirada triste de su madre y preferí devolverlo al nido.Por lo tanto, maestra, traigo conmigo el perfume de la flor, la sensación de libertad de la mariposa y la gratitud que observé en los ojos de la madre del pajarito. ¿Cómo puedo mostrar lo que traje?

La maestra agradeció a la alumna y le dio la nota máxima , considerando que había sido la única que logró percibir que sólo podemos traer el amor en el corazón.

Sabes, el amor no es Tomar, Arrancar, Capturar, Forzar, Ganar o Perder.
Amar es llevar en el alma, es Recordar, es Disfrutar, Amar es ser LIBRE Y DEJAR LIBRE...